Y como a mi el bacalao me gusta de todas las formas existentes, pues me pongo a ello.
Lo primero preparamos un puré de patatas en salsa verde. Para ello cortamos las patatas en pequeños trozos, las reogamos y cubrimos con agua. A media cocción añadimos en perejil previamente triturado con un poco de agua de la cocción.
Una vez que las patatas están terminadas, las pasamos por un pasapures hasta qué quede con la consistencia de un puré no muy espesó.
Marcamos en una sartén los tacos de bacalao, previamente desalados durante dos días. Una vez marcados, al horno a 160º durante unos 15-20 minutos en función del grosor de los tacos.
Mientras se hace el bacalao en el horno, cortamos unas tiras finas de puerro (se puede utilizar ajos tiernos si es temporada). Los pasamos por una sartén a fuego fuerte hasta que este el puerro doradito y crujiente.
Una vez que el bacalao este preparado, lo sabremos en el momento en que las lascas sean perfectamente visibles, lo sacamos del horno.
Con la gelatina que ha dejado el bacalao en la bandeja del horno hacemos un pilpil.
Procedemos a emplatar:
1. Colocamos una cama de puré de patatas en salsa verde.
2. Encima un taco de bacalao.
3. En uno de los bordes, o donde prefiramos, el puerro salteado.
4. Encima del taco de bacalao un poco del pilpil.
Al cocinero de la Venta de Moncalvillo le sale muy bien, seguramente mejor que a mi, pero este es perfecto. Me ha sabido a gloria.
Se puede degustar perfectamente con un buen vino blanco y rosado.
Yo me decante por un clarete de La Rioja de mi buen amigo Honorio Rubio, un TREMENDUS del 2012.
Plato que se hace rápido, sabroso y quedamos muy bien con cualquiera.
¡¡ Fuerza y honor !!, y buenos alimentos.